jueves, 23 de febrero de 2012

Aunque sea un rato

Hoy no llueve a todo trapo, el sol brilla sobre los edificios, el cielo está despejado y la temperatura es más propia de la primavera que del invierno. Los bocadillos se han terminado hace ya rato y el tiempo pasa despacio. Muy lentamente, minuto a minuto, segundo a segundo. Empieza a refrescar y ella se pone su chupa de cuero sobre sus pitillos negros. Hace ya rato que han pasado las seis.45 minutos, 3826, cada vez queda menos. Apenas cinco minutos separa a ese grupo de amigas de una guitarra y un pañuelo. Entran, mucha gente, demasiada. Una sala pequeña, mejor así. Tercera fila centrada, aunque no están en el cine. Dos guitarras esperan en el centro del escenario. Por fin sale. Es un chico delgado, mucho, alto, con el pelo rizado cubierto por un sombrero y un pendiente en una de sus orejas. Nadie pensaría que podría armar tanto revuelo, pero, coloca la guitarra sobre sus manos, la acaricia, abre la boca y empieza a cantar. Entonces, todo se aclara y encaja. Entonces la chica del jersey verde sabe que debe estar ahí. Mira, escucha, graba y, sobre todo, canta esas canciones y esas frases que tanto le han marcado. De la mano de sus amigas sabe que todo está bien. Salen todos. Ha sido demasiado corto. Buena idea, saldrá por detrás. Una foto, por favor, una foto. Pero el AVE no espera a nadie, ni a una estrella de rock. Vuelven a casa, como cada tarde, pero esa es distinta y le viene una frase a la cabeza. Sonríe sin que nadie se de cuenta. Todo ha sido perfecto AUNQUE SEA UN RATO.
!QUE GRANDES!

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